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Arquitectos: Llosa | Cortegana Arquitectos
- Área: 4950 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Juan Solano
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Proveedores: Artectum S.A.C., DecorCenter S.A., ECAMSAC EIRL, Eternit, Etex Colombia, Latam Horizons Lighting Perú S.A.C., T.J Castro S.A.C, Unión de Concreteras
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La ciudad de Lima, como muchas de las ciudades del Perú, cuenta con un avanzado crecimiento en su infraestructura habitacional. Del total, el 70% se resuelve desde estrategias de autoconstrucción, esto es, desde impulsos individuales que resuelven la necesidad de poseer una casa propia, muchas veces al margen de la legalidad y prescindiendo de los profesionales necesarios. Si bien el cúmulo de dichos impulsos constructivos conforma la realidad física de la ciudad, estos no necesariamente suponen la construcción de una ciudadanía, y es en este espacio en donde la arquitectura puede inscribirse como una herramienta de cambio.
Del mismo modo, el equipamiento educativo aumenta de manera sostenida, impulsado, en cambio, por modificaciones legislativas y una nueva consciencia colectiva de los beneficios de la mejora de su infraestructura. Esto motiva a que las instituciones educativas apuesten por diversificar y extender su oferta a las nuevas ciudades de Lima.
El edificio para el Instituto SISE nace en este contexto, San Juan de Lurigancho es el distrito más poblado del Perú con aproximadamente un millón de habitantes, en donde su infraestructura de vivienda autoconstruida marca el imaginario arquitectónico de la ciudad. Un imaginario privado, individual y cuya expresión está determinada por los sistemas constructivos y materiales utilizados, una expresión de mampostería de arcilla y de estructura de concreto.
El proyecto se inserta en un lote como remate de un parque lineal y colinda con la plaza fundacional del distrito, marcando un eje de tránsito barrial y en donde el uso público es intenso. Con el objetivo de asegurar la seguridad y la integración social, el edificio tiene como objetivo construir ciudad desde diversas estrategias arquitectónicas. La edificación se inserta en primera instancia como un basamento en todo el perímetro del lote, el cual guarda la escala de las edificaciones colindantes; el basamento se hace transparente a la ciudad a partir de la atomización de las columnas en su fachada, las cuales desde su repetición, proponen un orden riguroso que contrasta al paisaje urbano auto-generativo. La colocación de asientos en el umbral de cada vano de la fachada nos permite integrar el edificio como un mobiliario urbano para la ciudad promoviendo el encuentro y la conversación, acercando al ciudadano a la institución.
Sobre el basamento se edifican dos torres en dos de sus esquinas y de forma opuesta. Estas generan, a su vez, dos patios internos por los que se accede a través de dos umbrales urbanos pensados como extensiones de la calle. Estas torres se plantean como referentes urbanos que a su vez planteen un dialogo con la ciudad a partir de su transparencia.
Al centro de cada torre se ubican los núcleos de circulación vertical. La circulación integrada se inserta como elementos suspendidos en un espacio vertical iluminado cenitalmente, contenida por muros y sostenida por los bloques de circulación de emergencia.
La expresión del edificio se define desde un pragmatismo estructural: una retícula que atomiza su carga en los bordes. Es fachada y a la vez soporte. Con luces muy pequeñas se logra un espacio interior libre de apoyos asegurando la flexibilidad necesaria para su permanente transformación. En la misma línea, la expresión del edificio responde a la sistematización y la austeridad material, utilizando elementos que hacen referencia al imaginario del entorno: ventanas, mampostería de bloque de concreto vibrado, celosías de bloques prefabricados de concreto, tabiquería pintada y concreto expuesto.
Es así como esta edificación educativa se integra dialogando desde una austeridad en relación a la propia arquitectura y se enmarca en una ciudad y un barrio que cotidianamente puede, a través de la mirada y el uso de sus instalaciones, ser parte de una comunidad.